El problema de la energía está llegando a su límite, no es solamente en Argentina colapsan, sino que es un problema global.
En algunos países, se ataca el problema con soluciones puntuales, se conocen desde hace mucho, pero los poderes que administran la economía, y manipulan la política con la dependencia, se han encargado de boicotear el proceso de generación de energía a menos costo.
Sin embargo, los emprendimientos personales de proveerse de energía sin depender de la red eléctrica crece y se multiplica.
Ya hay casa en España que usan la solución de paneles solares en el techo, si bien, por ser una solución reciente, los paneles tienen un costo alto, se amortiza rápidamente, el otro problema es la superficie con que debe contar la propiedad para colocar los paneles, sin embargo, en los tableros de arquitectos ya están pensando en soluciones para espacios reducidos, e incluso para edificios.
La situación, sin duda creará un conflicto con las empresas generadoras de energía, a las que se les acaba el negocio.
El asunto ya ha detonado las alertas de la industria de la energía, que están plantando la idea que hay que regular el consumo, aún cuando la energía proviene del sol.
El planteo es que las instalaciones en uso, no son totalmente independientes de la red usual, ya que las instalaciones eléctricas vienen con las viviendas, las construcciones ya tienen conexión a la red.
Los gobiernos que también ven en la situación la pérdida de una tajada importante de impuestos, pretenden regular el consumo de las tecnologías renovables.
La guerra por el origen de la energía ha comenzado, el foco de ebullición, en Barcelona, ha planteado ya los lineamientos de la discusión del futuro de la energía.
El planteo es que los que optaron por el autoconsumo no cubren las necesidades completas, y aún están conectados a las redes para completar el consumo, pero ese consumo ya está gravado por impuestos; los que optaron por el autoconsumo sostienen que es un boicot que pretendan cobrarles además, un impuesto por algo que el estado no aporta en nada, ni en materiales, ni en otros insumos o recursos; los consumidores ven la acción como el mero boicot a la protección del consumidor, y protestan ante el doble discurso de cuidar los recursos energéticos, y cuando se logra, rechazar la acción.
El gobierno Español, propone un tal “impuesto solidario”, que los usuarios de paneles solares deberían pagar, por sobre el precio de los que no usan ese sistema, para contribuir a los costes de sostener el sistema normal.
La polémica, que parece absurda, sin embargo, plantea nuevas luchas por la protección del consumidor, por el cuidado de la energía, por usar energía no contaminante, todos beneficios que los países se han comprometido solucionar por los efectos del calentamiento global, sin embargo, las medidas afectan negativamente a todos los problemas que dicen que tratarán, con el único objetivo de llenarse los bolsillos, sin ninguna otra justificación.
Sin duda, no es más que propones un impuesto al sol.